Voces.
Joven mortal.
Hablaban en sus sueños.
Hijo de la Sabiduría,
elegido por la Fuerza.
Noche tras noche desde el Hundimiento.
Abandonado por todos
como la Necedad.
Palabras sin sentido resonaban en su mente.
La sombra de tu madre
te ancla al pasado.
Cada vez con más intensidad.
Tú y yo no somos tan
diferentes.
En especial desde el comienzo del fin.
Ambos luchamos por
proteger un mundo y fracasamos.
Todo se perdió en un momento.
El pasado nos ha
encadenado durante mucho tiempo.
En sus sueños aún escuchaba los lamentos de las almas
cautivas.
Pero tú creaste un
nuevo mundo cuando todo parecía perdido.
Las ominosas campanadas anunciando la eterna paradoja.
Diste esperanza a mi
creación en mi nombre.
Veía la oscuridad infectando cada partícula del mundo.
Yo también crearé un
nuevo mundo en pos de esa esperanza.
Y aquella figura cristalizada en un trono de alabastro.
Joven mortal, escucha
mi llamada.
Se removió inquieto en sueños.
En ti he visto la
Fuerza, la Sabiduría y la Necedad de mis hijos.
Su pálido rostro contraído en un gesto tenso.
Nacido en el refugio
de Lindzei.
La débil luz de la luna iluminaba el sudor de su frente.
Marcado por la tierra
de Paals.
Sus finas manos apretadas en puños.
Consagrado a hallar el
reino de Etro.
Los acelerados latidos de su corazón.
Y atrapado en la
maldición de la Madre.
Su cabello plateado destacaba en la oscuridad.
Yo te elijo, portador
de la esperanza.
El silencio era absoluto.
Cuando la estrella
refulja una vez más en el cielo como el rayo.
Siempre.
Tu mente conducirá la
fuerza de su luz.
Excepto en sus sueños.
Tú devolverás su
resplandor a la estrella herida.
La voz le hablaba.
Ella iluminará de
nuevo tu esperanza perdida.
Siempre.
He oído vuestras
plegarias.
Pero nunca recordaba
sus palabras exactas.
He escuchado vuestros
deseos.
Sólo la sensación de haber olvidado algo importante.
He observado vuestras
promesas.
El fin se acercaba y sólo una cosa le importaba.
Ambos sois mis
elegidos.
Si ella no despertaba no podría despedirse jamás.
Juntos llevaréis a las
almas cautivas a un mundo de luz y esperanza.
La historia se repetiría.
La Liberadora de
Almas.
Mil años después.
El Guía de Almas.
Un suspiro ahogado escapó de los labios del joven.
Liberad a las almas de
las cadenas del pasado.
Su cuerpo delgado se estremeció.
Guiadlas a un nuevo
hogar donde existe un futuro.
Mechones de cabello plateado ocultaban su rostro.
Hope Estheim.
Sus párpados temblaron.
Sé la esperanza que en
los últimos trece días guíe el camino de mi Luz.
Los ojos del joven se abrieron bruscamente, revelando unos
iris del color verde del mar.
Hope Estheim se incorporó en su cama, respirando
entrecortadamente, su piel pálida y sudorosa.
Tardó unos momentos en calmarse.
Sus ojos se dirigieron hacia la ventana.
Un enorme santuario en ruinas se recortaba contra la luna.
Las voces habían callado.
Pero por primera vez algo había cambiado.
Su memoria no recordaba sus palabras.
Su corazón sí lo hacía.
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