lunes, 26 de noviembre de 2012

Sol y Luna

Hoy, por variar un poco en mi temática de las entradas de este blog, que ya sabía yo que terminaría largando interminables observaciones Hope/Lighteras en él [?], voy a hablaros de dos personajes que forman parte del grupo original de Final Fantasy XIII. Me refiero a las dos lu'Cie oriundas del Gran Paals, Vanille y Fang.

Quería compartir con vosotros este pequeño detalle que descubrí el otro día mientras estudiaba la Wiki de Final Fantasy, así que ahora es un buen momento y os voy a comentar mi reflexión.

No sé si los que me leéis sois seguidores y entendidos de la saga entera de Final Fantasy o no. ¿Conocéis Final Fantasy X? Bueno, para los que no, los personajes centrales de este juego, que son pareja y se lían en la historia, son Tidus y Yuna. Que sí, que hay más, pero ellos son los más importantes. Aparte de Squall y Rinoa, de Final Fantasy VIII, son la pareja más conocida de la saga. O eso creo yo. [?]
El simbolismo tras los nombres de Tidus y Yuna está bien oculto pero es muy profundo y justifica perfectamente su relación simbiótica. ¿Por qué?, bueno, en cierto dialecto del japonés que no me acuerdo ahora mismo de cuál es porque tiene un nombre raro [?], Tidus significa "sol", y Yuna significa "luna". Sus armas más poderosas en Final Fantasy X, la espada Caladbolg y la vara Nirvana, se alimentan de energía solar y lunar respectivamente. Vamos, que la relación entre ellos está más que clara. No sólo porque además se dan el lote en una cinemática, es que simbológicamente están estrechamente unidos por el significado de sus nombres.

Supongo que os estaréis preguntando, ¿a santo de qué Me nos está largando este rollo sobre Final Fantasy X cuando su intención es hablarnos de Final Fantasy XIII? Bueno, pues tiene su lógica y ahora lo vais a captar, ya veréis. Porque, aunque a Square-Enix le mole eso de ocultar el simbolismo bajo capas de dialectos raros y detalles en las escenas, siempre hay alguna friki como yo a la que le gusta pasarse horas analizando el más mínimo detalle sólo porque se aburre. [?]

A Vanille y Fang se las recuerda como "las hermanas lu'Cie", aunque no tienen parentesco, son amigas que eran huérfanas y se criaron juntas. Sus nombres completos, como todo seguidor que se precie de Final Fantasy XIII debería saber, son Oerba Dia Vanille y Oerba Yun Fang.

Vale, hasta aquí, seguro que seguís sin entender ni jota, ¿a que sí? ¿Sabéis cómo se leen los nombres de la gente nativa del Gran Paals? Por ejemplo, Oerba Dia Vanille significa "Vanille del clan Dia, oriunda de Oerba"; Oerba Yun Fang, "Fang del clan Yun, oriunda de Oerba". Si recordamos al Oráculo de Final Fantasy XIII-2, Paddra Nus-Yuul, su nombre significaría "Yuul del clan Nus, oriunda de Paddra". El primer nombre designa el lugar de nacimiento, el segundo es el apellido familiar, y el tercero es el nombre de pila. Si esto lo extrapolásemos al resto de personajes, que vienen del Nido y su nombre se escribe como el nuestro, podríamos pasar el nombre de Lightning, por ejemplo, a la versión paalsiana y sería Bodhum Farron Claire 'Lightning', que sería lo mismo que decir "Claire 'Lightning' del clan Farron, oriunda de Bodhum".

¿Os he liado más? Ahora mismo os deslío.

De forma inversa, si pasáramos los nombres de Vanille y Fang a la versión del Nido, serían simplemente Vanille Dia y Fang Yun. Y ahora es cuando entramos en la materia que quería tratar aquí: los apellidos de las dos lu'Cie.


Supongo que para cualquier entendedor de las lenguas romances le queda claro el apellido de Vanille. "Dia", el día, la luz del sol. A nosotros nos puede parecer muy obvio, pero para los hablantes de las lenguas germánicas, eslavas o asiáticas, que no tengan raíz en el latín, no lo es tanto. Cierto es, eso sí, que un buen observador de los primeros Final Fantasy recordará el hechizo Día, un hechizo de magia blanca que causaba daño a los muertos vivientes, que en inglés recibía el mismo nombre, "Dia". En la Wiki de Final Fantasy en inglés dice que es por la radiante personalidad de Vanille, pero yo lamento disentir.


Porque ahora pasamos al apellido de Fang: Yun. ¿Yun? A nadie le diría nada, no tiene significado aparente que pueda interesarnos, sólo suena chulo para esta joven lu'Cie. ¡ERROR LETAL! Nada en Final Fantasy es aleatorio, señores. Y podría ser aleatorio si no fuera porque el apellido de Vanille es Dia. Yun, Yuna, Luna. ¿Entendéis ahora por qué os he soltado el sermón sobre Final Fantasy X? Efectivamente, el apellido de Fang es una inteligente alusión a la luna, en simbiosis con el de Vanille, que alude claramente al sol.

Y esto también reflejado en su apariencia física. Vanille es pelirroja, el cabello del tono rojizo del sol y una personalidad cálida y radiante; Fang tiene el cabello negro, es más brusca y hermética. Una es maga y la otra es guerrera. En los roles primarios de los que disponen al principio del juego, ambas tienen un rol ofensivo opuesto -Vanille como fulminadora, Fang como castigadora-, uno defensivo complementario -Vanille es sanadora, Fang es protectora- y finalmente ambas comparten la especialización en el rol de obstructor. 


Me voy a atrever a hacer una pequeña elucubración de simbología aquí. En tiempos de la Prehistoria, cuando los astros se superponían -un eclipse, por ejemplo- y se unían, los antiguos pensaban que grandes catástrofes se abatirían sobre el mundo. Supongo que recordaréis cómo se describe a la bestia Ragnarok a lo largo de Final Fantasy XIII: el Portador de la Destrucción, el Día de la Ira, etcétera. ¿Recordáis cómo se transformaron Vanille y Fang en Ragnarok? Exactamente, se fusionaron. Se hicieron uno. Sol y Luna convergen y portan consigo la destrucción, como creían los hombres primitivos. Cierto es que no es exactamente así en el juego, pero creo que la asociación no va muy errada.

Quisiera dedicar un pequeño punto a tratar esta relación Sol-Luna de Vanille y Fang como un cimiento en su propia relación. Hay mucha gente que las empareja, y en cierto modo yo soy una de ellas. Que Squenix tenga que censurar parte de su contenido original en los juegos porque al mundo occidental todavía le escandaliza una relación homosexual hoy en día es otra historia. Los creadores no tienen tantos escrúpulos; esto se ve en Final Fantasy Type-0, pues en el final secreto una de las chicas, Sice, le hace llegar por error a su colega Seven una carta de amor dirigida a otra persona, y la propia Seven considera una relación con Sice. La teoría de Vanille/Fang se acentúa cuando se sabe que Fang, en origen, iba a ser un personaje masculino. Y ahí sí que nadie hubiera dudado en emparejarle con Vanille. Esa especie de interacción se mantiene en ciertos momentos entre ellas: la postura en la que se cristalizan Fang y Vanille al final del juego es una especie de alegoría al Yin y al Yang.
Masculino -negro, derecha, Fang- y femenino -blanco, izquierda, Vanille-, eso es bastante obvio. Y eso sin mencionar que su fusión en Ragnarok habría tenido una innegable connotación sexual-espiritual si hubieran sido varón y mujer, a raíz de antiguos rituales paganos como el Hieros Gamos, que no voy a ponerme a explicar con detalle pero que corroboran la idea de que la unión de lo masculino y lo femenino en uno es capaz de obrar el milagro de la vida, un nuevo comienzo; ¿no es eso lo que hacen Fang y Vanille al cristalizar el Nido? Crean un milagro, una nueva vida no sólo para los protagonistas, sino para toda la humanidad, permaneciendo en un eterno estado de Yin-Yang en el cristal.

Huy, casi se me olvida. Actualización rápida de entrada con un último apunte.

Para acabar de liarlo más con mis asociaciones mitológicas-simbológicas, ciertamente a Squenix le mola usar la iconografía cristiana en sus juegos, y Final Fantasy XIII tiene bastantes. ¿Os habéis fijado en las misticitas de Vanille y Fang? Si hubieran sido tío y tía habría cantado mucho más, pero sabiéndolo salta lo suyo a la vista. La misticita de Vanille tiene forma de manzana, y la de Fang tiene forma de colmillo -en el Final Fantasy XIII-2 dirán lo que sea de que es un pétalo pero eso tiene de pétalo lo que yo de sandía [?]-. ¿Alusión al mito de Adán y Eva, señores? Técnicamente, fue la combinación de la manzana y el diente -mordisco, para abreviar- lo que trajo la desgracia a la humanidad. Que aquí puede llamarse también Ragnarok... Ya me entendéis. Sin contar que, en el mito, fue ese mordisco lo que causó que la humanidad fuera expulsada del Paraíso. ¿Sabíais que al Nido se le consideraba un paraíso para los hombres? ¡Ahí va otra más, por si os faltaba!

Ejem, quizá haya empezado a desvariar. Me suele pasar cuando me pongo a elucubrar demasiado y las ideas fluyen y fluyen y fluyen. Pero bueno, es una teoría que, de ser cierta y haber desenmascarado parte de la simbología oculta de Final Fantasy XIII, me hará sentirme feliz por el día que accidentalmente confundí un vídeo de este juego con uno de Final Fantasy XII y me sumergí en este mundillo hasta las orejas. [?]

sábado, 24 de noviembre de 2012

Los Ángeles de Etro


No, no tenía intención de hacer un chiste con el título y Los Ángeles de Charlie, pero hay que reconocer que ha quedado niquelado. [?] La entrada, digamos, más importante de esta semana se basa en un pequeño análisis de un dato que descubrí ayer a las tres y media de la mañana mientras traducía unas cosas de Final Fantasy XIII-2.

Debo decir que esta idea ya la tenía de hace tiempo, pero había un pequeño dato que no terminaba de cuadrarme y no fue hasta ayer, a esa hora intempestiva, que lo vi. Y me sorprende no haberlo visto antes porque, siendo Hope mi personaje favorito de toda la saga Final Fantasy, parece mentira que no me fijara en aquel detalle.

En fin, voy a hablaros de la estrecha relación plumífera [?] que existe entre los personajes más relevantes de Final Fantasy XIII-2, mencionaré brevemente algunos detalles y... bueno, ¡esperemos que esta teoría tenga sentido!

Para empezar, está claro que la diosa Etro se asocia con el símbolo de la pluma. La forma deus ex machina de la Diosa son las plumas blancas, que aparecen en numerosas ocasiones, siempre relacionadas con Etro. Por ejemplo, en la escena en la que Lightning es convertida en la Elegida de Etro, plumas blancas caen del techo del santuario de la Diosa. También aparecen en la Crónica de Lightning, Réquiem Por La Diosa, cuando Light se cristaliza.

Dicho esto, está claro que aquellos marcados de alguna forma por la diosa Etro llevan consigo el emblema de las alas, o de las plumas. Cinco son los personajes que yo he visto señalados por el signo divino de la Diosa de la Muerte, y aquí os los voy a presentar.

Lightning Farron
Bueno, en el caso de la diosa guerrera, creo que la asociación con Etro es bastante obvia, casi que no necesitaría explicación. Ella fue escogida por la misma Diosa para que fuera su protectora, por lo que el símbolo de las plumas es prácticamente una constante para ella. No sólo por la banda de plumas blancas que pende de su cintura, también por las ráfagas de plumas que desprende su sablepistola al ser invocado o al agitarlo violentamente.
Ahora bien, si buscamos un símbolo de alas propiamente dicho, debemos fijarnos en el pecho de la armadura de Light. Tiene una especie de ornamento dorado con forma de pájaro; un poco esquemático quizá, pero sin duda un pájaro con las alas extendidas. Se halla justo donde Lightning tenía grabada la Marca de lu'Cie, rasgo que comparte con su hermana Serah, que también lleva las alas en el punto donde fue marcada.

Serah Farron
El caso de Serah es casi tan obvio como el de Lightning: ambas hermanas han recibido la bendición de Etro de forma directa. Serah posee el don, o maldición, de la clarividencia, en forma de los Ojos de Etro, puede usar los portales temporales y someter a los monstruos a su voluntad. Caius Ballad la llama "vástago prodigioso", por lo que la relación con la divinidad de la pequeña de las hermanas Farron queda fuera de toda duda. Aunque ella no tiene ninguna pluma, sí lleva dos alas grabadas en el brazalete que cubre el punto en el que antaño tenía la Marca de lu'Cie. Cuesta un poco ver estas alas, pero lo cierto es que están ahí, casi en forma de ave.

Noel Kreiss
Noel es miembro de la tribu de los visionarios, la más antigua del Gran Paals y consagrada a la adoración de la diosa Etro. Fue aspirante a Valedor de la profetisa Paddra Nus-Yuul, y como último ser humano del mundo logró llegar a Valhalla movido por su fe y su determinación. Está bendecido claramente con el don de usar los portales temporales, y aunque no se diga en el juego, Noel asume el papel de Valedor con Serah, que al fin y al cabo también es un Oráculo. En su caso, Noel tiene las alas dibujadas en la parte trasera de su camiseta; no sólo eso, sino que debajo tiene un texto escrito en el alfabeto de Etro que dice "Buscador de Milagros al final de la Historia".

Hope Estheim
Comprendo perfectamente que ver a Hope como alguien bendecido por Etro cuesta lo suyo, y no sólo por la cantidad de desgracias que tiene que aguantar el pobre muchacho. Es más, yo no creo que la Diosa le haya otorgado nada porque, primero que nada, es el ÚNICO de todo el grupo de Final Fantasy XIII, sin contar a las cristalizadas Vanille y Fang, que no posee el don de usar los portales temporales. Ahora bien, dejando de lado al margen la teoría de que Hope ha conseguido ser algo así como un "dios de la ciencia" logrando milagros semejantes a los de los mismos dioses como "viajar en el tiempo" mediante una cámara del tiempo o crear un fal'Cie artificial, podríamos suponer que ése es, precisamente, el don que le concedió la Diosa. Es decir, Hope había sido planeado en principio como personaje jugable, por lo que también hubiera recibido esos dones. Es posible que Etro requiriera de su brillante, extraordinario cerebro para salvar el futuro y la humanidad, y para ello necesitara que Hope pasara años madurando y estudiando, para convertirse en la especie de mesías que es para la humanidad. Hope ya tenía cierta relación con las aves y lo divino en Final Fantasy XIII; todos sus bumeranes llevan el nombre de aves mitológicas -su bumerán por defecto, el Cortavientos, lleva la inscripción en el alfabeto del Nido "Hacia los cielos se alza el fénix"-, y hasta un tonto se daría cuenta de su afinidad con el elemento Sacro al ver que su eidolón es Alejandro y que su técnica Último Recurso es casi clavada al hechizo Sanctus en Final Fantasy X. Sin embargo, Hope lleva las alas en el pasador de su corbata, que es el emblema de la Academia.

Caius Ballad
Y ahora dejamos atrás a nuestros protagónicos, los cuatro que de verdad hacen algo relevante en Final Fantasy XIII-2 para salvar el futuro, y nos centramos en Caius, el antagonista que consigue, por una vez en la vida, llevarse el moguri al agua y mandar el mundo entero al cuerno. Como Valedor inmortal de Paddra Nus-Yuul, Caius, que antaño se sacrificó al realizar una invocación encarnada con su eidolón, recibió el Corazón del Caos de la propia Etro como muestra de piedad y recompensa por su abnegación. Es decir, el guerrero fue un Elegido de la misma Diosa, está a su servicio protegiendo al Oráculo, visto de ese modo. Pero Caius es un renegado, cuya intención es cargarse a Etro para que el tiempo deje de pasar y así Yuul no tendrá más visiones que la maten y la hagan renacer en ese ciclo eterno de sufrimiento. Por ese motivo, probablemente, las plumas que adornan el tocado de Caius no sean completamente blancas, sino que están teñidas de un tono púrpura, casi un símbolo de oscuridad en contraste con la blancura de las plumas de Lightning.

Con esto dicho, concluiré este análisis con la reflexión de que, efectivamente, Lightning, Serah, Noel y Hope son los cuatro protagonistas de Final Fantasy XIII-2: dos de ellos jugables -Serah y Noel- y los otros dos como apoyo a lo largo de la historia -Lightning (temporalmente jugable) y Hope-. Caius es el antagónico, que le deja en una posición también muy importante. Curiosamente, en total serían cinco personajes, el mismo número de dioses de la mitología de Fabula Nova Crystallis: Bhunivelze, Muin, Paals, Lindzei y Etro. A lo mejor no tiene nada que ver y son elucubraciones mías, pero me parece bastante coincidencia. Eso sí, hay un punto que me gustaría tratar: si Serah y Noel fueron los personajes jugables en Final Fantasy XIII-2, tiene sentido que en Lightning Returns: Final Fantasy XIII el rol protagonista se lo lleven Lightning y Hope; ciertamente, Hope no será jugable, pero sí será nuestro ayudante a lo largo del juego. De Serah sabemos que murió y "partió para salvarlos a todos", de Noel aún no se sabe nada. ¿Volverá Caius a las andadas esta vez, como insinuó en el final secreto de Final Fantasy XIII-2, para entorpecer nuestra aventura para salvar el mundo de Novus Partus? ¿O verá lo erróneo de sus métodos y nos prestará su ayuda? Nunca se sabe por dónde puede salir un ángel caído como él.

lunes, 19 de noviembre de 2012

¿Almas gemelas?

¿Por qué la gente lo pone TANTÍSIMO en duda? No estoy diciendo que sea cánon, al menos de momento, pero no alcanzo a comprender el odio que tanta gente de Occidente le tiene al Hope/Lightismo. O, en concreto, el odio a Hope. Y sí, la entrada de hoy tiene como objetivo quejarse e intentar hacer reflexionar a los cerebros ajenos.

Vamos a ver, me enerva entrar en foros de discusión sobre Lightning Returns: Final Fantasy XIII y ver que, en cuanto se pondera la posible relación entre Hope y Lightning, en vistas de su estrecha conexión en este juego, multitud de gente se pone a decir que eso es asqueroso y que se negarían a comprarlo si esto fuese así. ¿Principal argumento?, "Hope no es lo bastante hombre para Lightning".
Ese argumento no se sostiene por ningún lado. Porque, ante todo, Hope es un varón; partiendo de eso, es válido emparejarlos. Obviando esto, ¿estáis diciendo que Lightning sólo podría estar con un tío que sea un chulopiscinas? Gente, incluso desde un punto de vista neutral se puede ver claramente que un andoba así no pega con Light ni con cola. Ella es una soldado, ¡y se ha pasado toda su vida dedicada a Serah! Si ha sido una soldado, sin duda ha estado rodeada de tíos cachas y fuertes y duros durante años y ha pasado de ellos claramente, eso se nota de lejos. ¿Y por qué?, porque Lightning no necesita un tío que la proteja en ese sentido; lo vería como a un rival más que como a una pareja. La gente que empareja a Lightning y a Fang, por respetable que vea la pareja, se encontraría con ese problema también. Light y Fang tienen una amistad basada en una especie de rivalidad amistosa, y se entienden bien pero como rivales.

Lightning no necesita un tío que le haga de escudo físico, ella sabe defenderse sola. Pero Light es una persona mucho más vulnerable y frágil de lo que aparenta; el hecho de que reprima su dolor y su rabia la hace todavía más inestable e insegura. No hablo en el terreno de la vida cotidiana, me refiero en el terreno de las emociones. A esta chica le cuesta HORRORES abrirse a los demás, tanto para evitar que le hagan daño como para ocultar sus debilidades y así poder proteger mejor a Serah. Es decir, Lightning pasó de ser la hermana mayor de Serah a ser su guardiana sin darse cuenta, se cerró incluso a su propia hermana. No sé cómo la gente puede fijarse únicamente en su bordería, su agilidad, su belleza y sus habilidades pasando por alto de esa forma la vulnerabilidad que sabemos que tiene, porque, de hecho, así se lo confiesa ella a Hope en Palumpolum.

Y éste es el punto más importante del tema: la única persona que sabe de los auténticos sentimientos de Lightning, que puede decir que conoce a la soldado, es Hope. Es el único a quien Light abrió su corazón a lo largo de su viaje juntos, al primero a quien sonríe en el juego y al único al que sonríe directamente aparte de Serah. Hope es el único que puede afirmar que conoce a Lightning, sabe lo mucho que Serah significa para ella, conoce el motivo por el cual la soldado decidió abandonar su nombre real y tomar su apodo. Ambos se entienden perfectamente porque sus vidas son muy similares: ambos perdieron a su madre a una edad similar -Lightning a los quince, Hope a los catorce-, tuvieron que madurar rápidamente para superar esa pérdida, marcados por una rabia y un rencor hacia el mundo que posteriormente supieron canalizar y superar adecuadamente. Hay una frase que leí hace tiempo que me impresionó profundamente y que no he olvidado: "Lightning enseñó a Hope a ser un soldado; Hope enseñó a Lightning a ser humana". Y en efecto, así es, porque ella le enseña a ser fuerte, a sobrevivir en un mundo hostil y a pensar por sí mismo; por su parte, él saca a la luz las emociones que Lightning había reprimido durante tanto tiempo, unos motivos que quizá no haya revelado siquiera a su propia hermana Serah. 

Lightning no necesita un tío duro como pareja; necesita a alguien que la comprenda. No es fácil entenderla, ni mucho menos, y el único que está cerca de ello es Hope. Un joven que, en especial desde Final Fantasy XIII-2, es maduro, fuerte -en otro sentido-, tan decidido como ella pero, al mismo tiempo, sensible y vulnerable de forma más abierta que Lightning, mucho más emocional. Esto, desde un punto de vista simbólico, queda patente en los roles de su trabajo en equipo en Lightning Returns: Final Fantasy XIII: Lightning es el cuerpo, ella es quien maneja la espada y se mueve por el mundo con el poder de la fuerza; Hope es la mente, el cerebro que guía sus actos en un mundo desconocido con el poder de la lógica. Juntos, forman un único ser. El hecho de que ella sea una guerrera y él sea un científico acentúa esta teoría simbiótica, y eso sin meternos en la fuerte simbología de sus nombres: Hope -esperanza- y Light(ning) -luz-, no puede existir uno sin otro. Sé que el nombre completo es Lightning, pero dado que Hope le llama Light, "Light-san" en japonés para ser exactos, puede ser perfectamente válido.

En fin, he terminado hablando de cosas que tenía pensado tratar más adelante, en mi estudio profundo y a conciencia del Hope/Lightismo. Pero es que leer este tipo de cosas me enerva. Quería dejar claro esto de una vez, que me revienta que la gente sólo se fije en el exterior. Aunque sea en un videojuego, que a veces son mucho más profundos que la vida real en sí misma.

¡Ah!, no es por nada, haters del Hope/Lightismo, pero esta pareja estaba pensada para ser cánon en los orígenes y concepción del juego después de que Snow fuera destinado a Serah. Pero Square-Enix lo reconsideró y cortó abruptamente la estrecha interacción entre Lightning y Hope a mitad de Final Fantasy XIII. ¿Nunca os habéis parado a pensar por qué de repente parece que los momentos entre ambos se cortan sin motivo aparente? Y, aun así, hay otros muchos pequeños detalles a lo largo de ese tiempo que muestran esa especial conexión y entendimiento. Motoru Toriyama, el director de Final Fantasy XIII y XIII-2, de quien dicen que jamás emparejaría a su amada Lightning con nadie, es el responsable de que Hope reapareciera en la secuela más mayor y más maduro. Así que yo me iría haciendo a la idea, chicos. Por si acaso.

domingo, 18 de noviembre de 2012

El sexto sentido de Hope


La verdad es que hubiera mencionado esto en el estudio que tengo pensado dedicarle a Hope, pero quería escribir una pequeña entrada el día de mi cumpleaños y no se me ocurría nada mejor que analizar un poco el don tan curioso que tiene este muchacho y que, no sé por qué, a tanta gente le pasa desapercibido.

Por lo visto, al ser marcados, algunos lu'Cie desarrollan algún tipo de facultad especial, al margen de la magia, la fuerza y todas esas cosas. Curiosamente, en Final Fantasy XIII sólo sabemos de dos lu'Cie que claramente tengan ese don especial: Hope y Dajh, el hijo de Sazh. Este último, por ejemplo, tenía la capacidad de detectar el origen de la energía del Gran Paals, cosa que le hizo detectar el fal'Cie de Paals que dormía en Bodhum y así montar el jaleo de la Purga.

Del don de Dajh sabemos esos datos porque la coronel de PSICOM, Jihl Nabaat, lo explica claramente al cristalizarse el crío delante de su padre. De Hope sólo podemos elucubrar, dado que no es explicado en el juego, pero viene implícito y es relativamente recurrente a lo largo de la historia. Podríamos decir que Hope tiene una especie de sexto sentido, una percepción que le permite detectar el peligro inminente y, quizá, tener alguna visión importante para el grupo.

Para explicarlo mejor, me apoyaré en algunas de las situaciones que se dan en Final Fantasy XIII en las que se aprecia esta percepción.

Si no mal recuerdo, la primera vez que podemos intuir que Hope posee, al menos, una intuición bastante aguda, es en el Bosque de Gapra, durante su trayecto en pareja con Lightning. En un determinado momento, caminando por una zona despejada, Hope alza la cabeza de pronto con cara de consternación, y Lightning pregunta, "¿Qué pasa?", a lo que él simplemente responde "¡Tenemos que escondernos!" y coge la mano de la soldado y tira de ella para ocultarla tras unas hojas. 
A los pocos segundos, aparece un par de aerociclos del Cuerpo de Guardabosques. Esto no tendría mayor importancia de no ser por el hecho de que es Hope, un chico que apenas ha salido de la ciudad y de la casa donde se ha criado, quien percibe a los soldados, mientras que Lightning, una soldado excepcional que teóricamente está acostumbrada a captar el peligro, es incapaz de hacerlo. Si se analiza la escena minuciosamente, podemos notar que algo no cuadra.

La aguda intuición de Hope puede atisbarse de en un grado inferior durante su charla con Lightning sobre los fal'Cie en el Complejo de Nutricultura bajo la ciudad natal del chico, Palumpolum. Es él quien, como quien no quiere la cosa, piensa en algo que a nadie -excepto al Director de PSICOM, Yaag Rosch- se le había ocurrido antes: los humanos del Nido son las mascotas de los fal'Cie. 
Hope llega a esta conclusión sin inmutarse, sin apenas tener que pensarlo, y tal comentario deja a Lightning completamente descolocada, que de pronto comprende por qué se ha sentido tan perdida al ser marcada como lu'Cie, pues han sido arrancados de los brazos de sus amos. De nuevo, es Hope quien orienta a Lightning y, posteriormente, a los demás lu'Cie, en su misión de liberar a los humanos de la esclavitud.

Después de que pase un largo tiempo en el juego sin que podamos intuir este don del chico, lo podemos apreciar de nuevo, con diáfana claridad, durante la huida de los seis lu'Cie de El Palamecia, la nave insignia de PSICOM, montados en la nave en la que se transforma Minerva, el familiar fal'Cie de Baldanders, soberano de los fal'Cie del Nido. Mientras Minerva, que vuela por sí sola para desesperación de Sazh, huye de la destrucción de El Palamecia, de pronto Hope se lleva una mano a la sien con gesto casi de dolor y exclama, "¡Algo se acerca!". 
Efectivamente, apenas unos segundos después, aparece Yaag Rosch a bordo de El Piasa, su nave, con claras intenciones asesinas. De todas las escenas en las que Hope muestra alguna habilidad especial, ésta es una de las dos más claras.

Fuera de las escenas, en el Bosque de Gapra y en la Torre de Taejin, moviéndonos por el mapa y si llevamos a Hope con nosotros en la Torre, antes de la batalla contra el jefe, le escucharemos comentar, "¿Por qué tengo la sensación de que va a suceder algo malo?" Ninguno de los demás personajes menciona nada al respecto en ese punto de la Torre, pues en el Bosque de Gapra vamos en dúo con Lightning y Hope y es inevitable que lo escuchemos. Es más, creo recordar que en la Quinta Arca, antes de un ataque por sorpresa y con Hope en el equipo, también nos advierte del peligro.

A partir de lo que se muestra hasta este punto, podemos deducir que lo que Hope posee es, simplemente, una especie de sexto sentido que le permite detectar el peligro inminente. Pero entonces, llegamos al Gran Paals y nos damos de bruces con una sorprendente revelación.

Poco después de nuestra llegada al Inframundo, nos encontramos con que Hope ha caído inconsciente, según la cría de chocobo de Sazh, porque su Marca de lu'Cie ha avanzado una fase. Esa noche, en medio de la preocupación y el pesimismo de los lu'Cie ante el estado casi comatoso del chico, cuando todo parece perdido y Vanille sugiere visitar un último sitio antes de que Fang le interrumpa y le pregunte si está segura, de pronto Hope dice, casi en trance, "Oerba. El lugar donde todo comenzó. El lugar donde dormía el fal'Cie de Paals. La tierra de Vanille y Fang." 
Aparte de que poco después Hope, presa de su propia desesperación ante su debilidad y su temor a causar problemas a sus amigos, invoque a su eidolón Alejandro, la escena es desconcertante. Hope no tenía pista ninguna sobre la aldea de Oerba, ni de que Ánima -el fal'Cie de Paals- fuera su protector, ni de que fuera el antiguo hogar de las dos lu'Cie. ¿Cómo podía él saber tal cosa? Seré osada y diré, incluso, que la voz del chico cambia cuando pronuncia esas palabras, como si acudieran a su mente no por sí mismo, sino quizá por una fuerza superior.

Después de eso, apenas podemos volver a notar este don en Hope. Algunas conversaciones en el Gran Paals si lo llevas en el equipo pueden dar pequeñas pistas, pero nada tan claro como hasta entonces si obviamos sus deducciones casi proféticas en algunos puntos, como su rápida comprensión de los planes de Baldanders al llegar a Edén bajo asedio de las fuerzas paalsianas de la Quinta Arca.

Sin embargo, hay algo acerca de la situación en el Valle Central, cuando Hope pierde el conocimiento y despierta hablando de Oerba y el fal'Cie, que después de jugar Final Fantasy XIII-2 me hace plantearme algunas cosas. Según los Fragmentos de la secuela, y según Yuul, el don de asomarse a la diacronía -como ella y Serah- es una bendición otorgada por la propia diosa Etro. Teniendo en cuenta cómo tanto Yuul como Serah perdían la consciencia temporalmente al tener una visión, no puedo evitar asociar esto con el incidente de Hope. ¿Tendría su "visión" algo que ver con los dones de Etro? Además, aunque no se puede estar seguro dado que, pese a ser un personaje muy importante, Hope no es parte del grupo protagónico, perfectamente podría seguir teniendo esa extraordinariamente aguda percepción. Obviando su genialidad, su capacidad de crear cosas que hasta entonces sólo se creía que podían hacer los dioses -como un fal'Cie artificial o el Nuevo Nido-, tengamos en cuenta que Hope fue el único que no recibió el don de usar los portales temporales; ¿quizá la diosa le concediera algún otro tipo de bendición? 

Como apunte final, siempre me ha intrigado el hecho de que Hope bautice al Nuevo Nido como "Bhunivelze", el nombre del dios que se supone que despertará cuando se abra el Portal de las Almas. Bien, ese portal se abre al morir Etro, en el momento en el que Hope lanza el Nuevo Nido. ¿Habrá vuelto de nuevo su sexto sentido a susurrarle de alguna forma el futuro inminente?

sábado, 17 de noviembre de 2012

III. Hogar



Pese a todos los años, décadas, que había pasado en la casa de Nova Chrysalia, Hope nunca había llegado a considerarla su hogar. Hacía mucho tiempo que el Director de la Academia no se sentía arraigado a ningún lugar, desde el momento en el que, con catorce años, la Purga y los fal’Cie se lo arrebataron todo en un instante. Después del Hundimiento del Nido, pese a haber vivido unos años con su padre, todo cambió cuando se unió a la Academia, pues a partir de ese instante su vida se rigió por un constante ir y venir en las exploraciones en el Gran Paals, los distintos centros de estudios superiores y, después de que Serah y Noel irrumpieran sin previo aviso en los Montes de Yaschas, todos los viajes posteriores que su llegada había traído consigo.
Hope era tímido y reservado; jamás había abierto las puertas de su espacio personal a nadie a la primera de cambio. Por eso, a pesar de que no había sentido su piso de Academia como su hogar, no le resultaba fácil dejar entrar a Lightning en él. Para el joven era todo un honor, por supuesto, pero, por otro lado, nunca antes había compartido su vida con alguien que no fueran sus padres. Aunque fuera por poco tiempo.
Siguió a Lightning al interior del piso en penumbra. Ella miraba intrigada a su alrededor, sin duda intentando examinar la estancia a oscuras; sólo se filtraba un débil haz de luz por una rendija un poco más allá.
-¿Me permites?-le preguntó Hope; ella se apartó para dejarle pasar. Tanteando para evitar tropezar con algún posible obstáculo, se acercó a aquel tenue rayo de luz y corrió las cortinas que sabía que cubrían aquella amplia ventana, iluminando tan repentinamente el piso que Lightning tuvo que cubrirse los ojos-Así está un poco mejor.
Cuando sus ojos se acostumbraron a la luz, la joven ex soldado pudo por fin echar un primer vistazo al piso de Hope. Las paredes eran blancas, lisas, en contraste con el suelo de veteada madera color chocolate. Parecía constar únicamente de una habitación, pues salón y cocina estaban separados por un ancho umbral, pero no tardó en descubrir una puerta corrediza un par de metros más lejos. Había un pequeño sofá y dos sillones color crema en torno a una mesita redonda de café, una televisión de pantalla plana, multitud de estanterías y estantes llenos de libros y archivos, un escritorio con un ordenador y algo que parecía un equipo de música en el suelo. Desde donde estaba no podía ver bien la cocina, pero estaba claro que no era muy grande. En conjunto, hubiera parecido mucho más acogedor de no ser por la cantidad de libros y papeles escampados por la mesa, el sofá y el suelo, y la densa capa de polvo que lo cubría todo.
Lightning chasqueó la lengua.
-¿Un poco mejor? Casi preferiría que siguiera a oscuras.
-Ya sé que no está muy presentable-se excusó Hope, azorado-, pero recuerda que lleva unos quinientos años sin que nadie lo limpie.
-No te preocupes por eso. Lo que sí tendremos que discutir es tu sentido del orden, ya he estado en dos de tus casas y en todas parece que le haya pasado un huracán por dentro.
Hope echó un vistazo avergonzado a los documentos y libros apilados por doquier.
-Sí, bueno… Mi agenda como Director no me permitía mantener mucho el orden… Además, como vivía yo solo, tampoco me importaba mucho.
-Pues mientras yo esté aquí tendrás que tener más cuidado en cómo tienes la casa-le regañó Lightning, aunque sonreía-. Quiero olvidarme del caos de cualquier tipo durante el resto de mi vida.
Él le devolvió la sonrisa con cierta timidez.
-Lo arreglaré en cuanto pueda; no soy muy ordenado, ya lo sé, pero si es necesario hacerlo… -con las bolsas de viaje en mano, se dirigió a la puerta corrediza y la abrió con el pie-De momento hay que hacer que este sitio vuelva a parecer una casa habitable, y luego ya discutiremos eso.
Lightning le siguió. Descubrió que aquella puerta daba al dormitorio de Hope; era pequeño, con una mesita de noche con una lámpara verde y un vaso de cristal con una flor seca y marchita en su interior al lado de la cama, de mediano tamaño y sábanas de retales blancos y negros, una cómoda de madera oscura, otras tantas estanterías repletas de libros, una ventana cubierta por unas finas cortinas blancas y otra puerta corrediza frente al umbral de entrada.
Con un suspiro cansado, Hope dejó las bolsas sobre la cama, se sentó en ella y observó la habitación, tan cubierta de polvo como el salón. No era así como le habría gustado mostrarle el piso a Lightning; quería que se sintiera a gusto, no rodeada de suciedad y desorden. Eso, a sus ojos, no le hacía justicia.
-Siento que esté tan descuidado, de verdad. Si lo hubiera sabido, lo habría limpiado a fondo antes de proponerte venir aquí.
-Pero no podías saberlo-hizo notar Lightning-, así que deja ya de torturarte. ¿No decías que había mucho que hacer en Academia?, pues limpiar tu casa es una de ellas. Cada cosa a su tiempo.
-Tienes razón-admitió Hope tras una pausa, y alzó la cabeza hacia ella-. Dejando de lado la porquería… ¿qué te parece?
Lightning se lo pensó.
-Pequeño-respondió entonces, y al ver la expresión decepcionada de su amigo, añadió:-. No es algo malo. Pero me resulta extraño que vivieras en un piso así. Tú vienes de una familia de buena posición y además eres el Director de la Academia; suponía que tendrías una casa más… impresionante.
El joven rió entre dientes, para sorpresa de Lightning, que se esperaba una reacción menos alegre por su parte.
-Ten en cuenta que era una residencia provisional. Y además llevo siglos viviendo solo; las casas grandes me resultaban… extremadamente vacías. Me sentía mucho más cómodo en un piso como éste. Ser el “Director de la Academia” no tiene que ver; yo actúo en calidad de asesor, la Academia tiene más directores en puestos más importantes que el mío y yo no les quité el puesto al llegar aquí.
-Oficialmente, no. Pero es en ti en quien confía y cree la gente, Hope, y eso es lo que te convierte en líder, no el título que ostentas.
-Si tú lo dices… -Hope desvió la mirada con una sonrisa incómoda en los labios.
Ella fue a responder, pero en ese momento sonó un agudo pitido que les sobresaltó. Al mismo tiempo, algo empezó a vibrar en el bolsillo del pantalón gris de Hope.
-Discúlpame… -murmuró sacando el teléfono del bolsillo; echó una mirada al número que aparecía en su superficie y frunció el ceño antes de abrirlo y responder-Director Hope Estheim, del Equipo de Investigación Alfa de la Academia. ¿Qué sucede?
Lightning aguardó en silencio mientras su amigo atendía la llamada, estudiando entretanto la habitación con interés. No podía deducir de qué trataba la conversación porque Hope parecía estar escuchando a su interlocutor sin interrumpirle, pero por la expresión de su rostro, que iba ensombreciéndose poco a poco, supuso que no debían de ser muy buenas noticias.
-Ya veo… Sí, creo que puedo arreglarlo hoy, con algo de tiempo-dijo Hope al cabo de un par de minutos-. Bien, de acuerdo. Voy para allá.-colgó el teléfono y se llevó una mano a la frente exhalando un suspiro resignado.
-¿Malas noticias?-preguntó Lightning preocupada.
-Alguien se ha puesto a trastear en la base de datos de la Academia y ha bloqueado el acceso a los demás archivos-explicó él levantándose, sus cejas fruncidas con fastidio-. Nada que no tenga solución, pero eso significa que me voy a pasar horas peleándome con el ordenador y su protocolo de protección de archivos. Mira que tengo dicho que nadie que no sepa manejar los programas de la Academia toque las bases de datos…
-Entonces, te vas.
-Sí-asintió Hope sin mucho entusiasmo-, pero volveré por la noche. Me sabe fatal tener que irme y dejarte tirada aquí todo el día, pero…
-Ni lo menciones. Eres el Director y tienes que dar ejemplo-Lightning le dio una palmada de ánimo en la espalda a su amigo-. ¿O acaso no te enseñé yo a estar a la altura de las circunstancias?
Hope sonrió tímidamente, pero no respondió a aquella pregunta.
-Descansa y relájate cuanto quieras-el joven se sacó un papel y un lápiz del bolsillo, anotó algo rápidamente en él y se lo entregó-. Aquí tienes mi número de teléfono; llámame si necesitas cualquier cosa. Éste es el código numérico de acceso al piso, por si quieres salir a dar un paseo. Ah, y hay algo de comida en mi bolsa; cuando vuelva, traeré algo para rellenar el frigorífico. Y tienes el cuarto de baño ahí mismo-señaló la puerta corrediza a su derecha-. Yo tengo que irme, o en las oficinas va a montarse un buen lío.
-Vale-repuso Lightning leyendo por encima el papel, y le brindó una sonrisa para animarle-. Que te sea leve, Hope, dentro de lo que cabe.
-Y a ti también, Light-respondió él, que ya salía de la habitación, despidiéndose de ella con un rápido gesto de mano-. Hasta la noche.
Cuando oyó la puerta del piso cerrarse, Lightning se rascó la cabeza y se sentó en la cama, sin saber muy bien qué hacer. Había contado con que Hope se quedara y le enseñara un poco su casa, por sucia que estuviera, y así empezar a asimilar que iba a ser también su casa por un tiempo. Obviamente, sabía que, como Director, no podía hacer caso omiso a emergencias como aquélla, y la joven entendió que, probablemente, sería una situación relativamente frecuente.
Debía de ser agotador para él. Con razón tenía la casa tan desordenada. Aunque Lightning había visto retazos de su vida en la Academia desde Valhalla, no les había prestado la atención debida, pues su mirada había estado siempre prendida en Serah. Ahora empezaba a entender un poco al resto de sus viejos camaradas.
Se preguntó si ella podría hacer algo para echarle una mano. Y entonces se le ocurrió una cosa que podría servir, y así, de alguna forma, devolverle el favor que Hope le había hecho dejándola quedarse en su casa. Sabía que él haría lo imposible para evitarlo, habiéndole dicho que descansara, pero estaba sola y no podía evitar que lo hiciera.
Lightning sonrió, se estiró como un felino y se levantó con decisión. Ciertamente le habría venido bien un descanso, pero ella no era de las que se quedaban quietas cuando había cosas por hacer.
* * *
El sol se había puesto hacía rato cuando Hope salió por fin de las oficinas centrales de la Academia, con una bolsa de tela colgada a la espalda con la comida que había podido conseguir, agotado después de haber pasado largas horas frente al ordenador principal de la red de la institución intentando solucionar el desastre que uno de los científicos había causado al tratar de acceder cuanto antes para no tener que esperar a la llegada del Director y poner en marcha los sistemas de Academia cuanto antes. Hope no iba a reprochárselo, pues sus intenciones habían sido buenas, pero el cansancio que se llevaba a casa no era poca cosa.
Hacía frío en la calle. Hope se metió las manos enguantadas en los bolsillos para protegerlas del aire del otoño, y cuando lo hizo, sus dedos rozaron el teléfono que tenía que llevar siempre encima. Frunció el ceño, inquieto, pues había pasado el día sin noticias de Lightning. Suponía que se habría dormido, lo cual era lógico, pero aun así no podía evitar preguntarse si estaría bien.
Sacudió la cabeza, apartando aquella idea de su mente. Claro que estaría bien; estaba hablando de Lightning, después de todo. Seguro que se las arreglaría perfectamente en Academia.
Llegó al edificio donde se hallaba su piso tras un pequeño paseo, y mientras el ascensor ascendía caviló sobre cómo arreglar su casa lo más pronto posible para hacer más grata la estancia de Lightning. Y también la suya, por supuesto, pero en aquel momento se sentía responsable de su amiga.
Era curioso, pensó al llegar frente a la puerta del piso y marcar el código, porque cuando se conocieron había sido ella quien le había cuidado y protegido. Aunque Lightning no era de las personas que más protección necesitaba, claro…
Todavía seguía perdido en sus pensamientos cuando entró a la casa y encendió las luces. Era una luz tenue, suave, que le ayudaba a permanecer tranquilo en medio de su trabajo y su soledad. Pero la débil luz blanquecina era suficiente para revelar que, repentinamente, todo el polvo y la suciedad que había visto aquella mañana había desaparecido.
Hope se quedó de piedra, mirando a su alrededor como si fuera la primera vez que veía una casa limpia. Avanzó unos pasos con cautela, con los ojos abiertos de par en par. Echó una rápida mirada a la cocina y descubrió que incluso los utensilios de cocina habían sido limpiados a conciencia. Los libros y papeles del salón seguían en el suelo, pero apilados de manera ordenada en un rincón; nada que ver con, según su padre solía decir cuando él aún estudiaba en la Academia, el vórtice de entropía que aparecía allá donde él se establecía.
Entonces fue cuando, al acercarse al salón, descubrió a Lightning tendida en el sofá, en apariencia profundamente dormida. Las piezas encajaron, y Hope exhaló un suspiro tan resignado como agradecido.
Dejó la bolsa de la comida en el sillón que tenía al lado, se agachó al lado del sofá y la observó en silencio con una suave media sonrisa dibujada en sus labios. En el rostro de Lightning se reflejaba el cansancio que sin duda le había causado limpiar toda la casa. Dormida parecía inusitadamente frágil y delicada, nada que ver con su habitual aura de fuerza y determinación.
Al cabo de un minuto, Hope tocó a su amiga en el hombro suavemente para despertarla.
-Light…
Ella resopló, y sus párpados temblaron antes de que sus ojos azules aparecieran tras ellos. Movió la cabeza en dirección a él y frunció levemente el ceño.
-Hola, Hope… -murmuró, y bostezó-¿Qué tal el día?
-Nada demasiado interesante-el joven se encogió de hombros, y le dirigió una mirada seria a Lightning-. No tenías por qué hacer esto, Light.
-Quizá-repuso su amiga, incorporándose-. Pero tampoco tenía nada mejor que hacer. Y ya que tú me haces el favor de acogerme, lo justo es que yo te lo devolviera de alguna forma.
Hope ladeó la cabeza. No sabía si sentirse exasperado o no, pero sí sabía lo mucho que significaba el gesto de Lightning para él.
-Yo no lo hice con la condición de que me devolvieras el favor, pero…
-Es lo justo-repitió Lightning. Se sentó en el sofá y le miró casi burlona-. Además, cuando Serah y yo vivíamos juntas, yo era la que me encargaba de las tareas de la casa. Para mí no es una molestia.
Durante un momento, él siguió en silencio. Pero, finalmente, sonrió.
-Ya sabes lo que pienso de hacerte trabajar en mi casa-dijo sin embargo-. No me deja en muy buen lugar como anfitrión.
-No me has hecho trabajar, Hope, lo he hecho por voluntad propia. No le des más vueltas, ¿quieres? Si vamos a convivir bajo el mismo techo, aunque sea por un tiempo, tendrás que olvidarte de ser anfitrión.
-Bueno… -Hope se rascó la cabeza-¿Puedo al menos hacer de anfitrión y ofrecerte una cena decente?
Lightning negó con la cabeza.
-No hace mucho que comí algo de lo que trajiste. Ahora lo único que me apetece es dormir, así que guárdate tus dotes de cocinero para mañana. Creo que me vendrá mejor que hoy.
-Ah, es verdad, me olvidaba-murmuró Hope metiéndose la mano en el bolsillo, sacó un pedazo de papel doblado y satinado y se lo dio a su amiga-. Es un mapa de Academia. Te he marcado el cuartel de la Guardia, te será más fácil encontrarlo así que con las señales de la ciudad.
-Gracias-repuso ella, y se lo guardó en la chaqueta antes de levantarse del sofá-. Yo me voy a dormir en cuanto me cambie. Por cierto, me he dado cuenta de que sólo tienes un dormitorio, ¿no?
-Ah… Bueno, sí-las mejillas de Hope se tiñeron de un suave tono escarlata-, pero no te preocupes por eso… Tenía pensado que tú durmieras en mi cuarto, y yo lo haré en el sofá.
-¿Todo el tiempo que esté yo aquí?-Lightning alzó una ceja-Eso es una estupidez. Yo creo que hay sitio para los dos.
El rubor de Hope se hizo aún más intenso.
-Pero, Light… ¿Estás… estás segura?
-¿Qué pasa? No me digas que te da vergüenza dormir conmigo. Cuando viajábamos juntos no tenías tantos reparos.
-Sí, pero… -el joven Director no sabía cómo decirlo-Las cosas… han cambiado un poco desde entonces…
Parecía que los apuros de Hope le hacían gracia a Lightning, a juzgar por su expresión.
-No seas crío, Hope. Sólo porque hayas crecido no tienes por qué pasarte semanas durmiendo en el sofá de tu propia casa porque yo esté aquí. Tú no vas a tolerar que yo lo haga y yo no voy a tolerar que tú lo hagas, ¿entendido?-Hope suspiró, todavía ruborizado-Bien, pues me voy a dormir. ¿Tú qué vas a hacer?
-Supongo que meteré la comida que he traído en el frigorífico, comeré algo rápido y también me iré a dormir. Mañana voy a tener bastante trabajo que hacer.
Lightning asintió.
-Si necesitas entrar en tu cuarto, llama primero, ¿vale?
-Pues claro, eso no hace falta ni que lo digas.
-Nunca está de más.-sonrió la joven ex soldado, burlona. Giró sobre sus talones y se encaminó hacia la puerta del dormitorio, la abrió y la cerró tras ella, dejando a Hope allí de pie, aún incapaz de reaccionar ante la incomodidad de la situación que se cernía sobre él.
Lightning tenía razón, tendría que acostumbrarse a su presencia continua en la casa como algo natural. Al fin y al cabo, no sería para siempre. Pero eso era más fácil decirlo que hacerlo, por supuesto, se dijo el azorado Director de la Academia mientras comía un pedazo de pan con queso sentado en uno de los sillones del sofá después de unos minutos.
Además, ellos eran amigos. Hope jamás daría un paso en falso con Lightning, eso lo tenía claro. Prefería volver a enfrentarse a Baldanders antes que traicionar la confianza de su amiga.
Suspiró de nuevo, resignado, apagó la luz del resto de la casa y llamó a la puerta del dormitorio con los nudillos, tal y como Lightning le había pedido que hiciera.
-Pasa.-respondió su voz desde dentro.
Él lo hizo, no sin dudar un instante. Pero Lightning había encendido la pequeña lámpara de la mesilla y ya se había metido entre las sábanas; por lo que Hope podía ver, llevaba una holgada camiseta rojiza de manga larga. Estaba despierta, pero se le notaba el cansancio en la cara, enmarcada por su cabello rosado.
-¿Te he despertado?
-Qué va. No me duermo tan fácilmente.
-No sé si te gustará dormir conmigo entonces-comentó Hope sacando una camisa blanca y unos amplios pantalones grises de la cómoda-. Mi padre decía que tengo el sueño muy inquieto.
Lightning se encogió de hombros mientras su amigo entraba en el cuarto de baño para cambiarse.
-Mientras no me des ningún golpe cuando estoy durmiendo…
Al cabo de poco, Hope salió con el uniforme de la Academia cuidadosamente doblado en los brazos, y lo colocó sobre la cómoda. Miró inseguro a Lightning y después al espacio que ella había dejado para que él cupiera también.
-Hope, no te voy a morder.-le dijo la joven con cierto sarcasmo al captar la mirada de su amigo. Él puso los ojos en blanco y se sentó en el borde de la cama, retorciendo inconscientemente la muñequera amarilla de tela que nunca se quitaba, pese a no llevar guantes.
Harta de su indecisión, Lightning tiró del hombro de Hope y prácticamente le hizo comerse la almohada cuando básicamente obligó al joven a recostarse sobre el colchón.
-Vale, vale, ya está bien-refunfuñó él frotándose el hombro; estaba seguro de que la fuerza de Lightning le había dejado marca incluso a través de la tela de la camisa. Se cubrió con las sábanas, procurando no rozar a su amiga-. Ya estoy aquí, ¿contenta?
Ella rió entre dientes.
-Puede que ahora seas mayor que yo, Hope, pero en algunas cosas sigues siendo el chavalín asustado que conocí hace tanto tiempo durante la Purga.
-¿Cómo se supone que debo tomarme eso?-replicó Hope alzando las cejas.
-Tómatelo como quieras-sonrió Lightning, adormilada, y apagó la luz de la mesita-. Buenas noches, Hope.
La súbita oscuridad pilló por sorpresa a Hope, que no se esperaba que ella diera por terminada la conversación de forma tan brusca. Aunque era cierto que estaba agotada y que ya le había dicho que lo que quería era dormirse cuanto antes.
-Buenas noches, Light.-respondió, obteniendo sólo un vago gruñido como respuesta.
Cuando se giró para buscar una mejor posición, con extrema cautela para mantener las distancias con Lightning, Hope se dio cuenta del suave olor que despedía la almohada. Era agradable, fresco y limpio. ¿Sería cosa de su amiga? Desde luego, había puesto mucho empeño en hacer que la casa pareciera habitable y acogedora.
“Debe de echar de menos un hogar donde vivir”, pensó el joven, apesadumbrado. “Un lugar donde se sienta segura y en paz. Supongo que en eso coincidimos…”
Le llegaba el suave, pausado sonido de la respiración de Lightning a su lado. Resultaba sorprendentemente reconfortante. Por una vez, Hope no se sintió tan solo como todos aquellos años en los que las noches sólo le acompañaba el implacable silencio.
Sonriendo para sí, el joven Director de la Academia cerró los ojos.
“Puede que, después de todo, al final pueda considerar Academia mi verdadero hogar.”